ARCANE DOMUS: un lugar donde se recuerda

Existe un lugar. Una casa que apenas se ha nombrado.

Nadie recuerda haber llegado. Tampoco saben cómo o por qué la buscaron.
Simplemente, un día se detuvieron.
Miraron hacia adentro.
Y comprendieron que ya estaban allí desde antes.

Dicen que esta casa solo aparece cuando el alma está madura.
No por edad, sino por hambre.
No es visible para los satisfechos, ni para los que creen saber.
Solo para quienes llevan años sintiendo una falta sin nombre.
Una dieta dulce entre las costillas.
Un eco antiguo que nunca se ha apagado del todo.

Los antiguos le dieron muchos nombres:
Domus Arcanum.
La Liminal.
La Invisible.

Un lugar sin puertas, donde las puertas crecen cuando la mirada se atreve.
No se encuentra en mapa alguno ni en senderos trazados.
Pero a veces —en un gesto, en un silencio a tiempo, en un cruce de ojos—
algo te la delata.
Como si el mundo, por un instante, parpadeara.
Titilase.

Allí, en esa casa, no se enseña: se recuerda.
No se dicta: se invoca.
Nadie llega por azar.

Quien se ha cruzado con su esencia, despierta distinto.

 Y quien cruza el umbral, apenas necesita dormir.
Porque la casa no es refugio: es crisol.
Allí se quema lo falso, además del incienso.
Se destila lo esencial.
Y se renace con otro nombre.
Una y otra vez.

No hay clamores.
No hay promesas.
Solo un temblor.
Un presentimiento.
Y una certeza muda.

Lo que habías estado esperando sin saberlo…
Te está esperando a ti también.

 

Arcane Domus no se abre. Se revela.

*Domus Arcanum: expresión en latín que significa “Casa del Secreto”, usada en textos esotéricos para referirse a lugares ocultos de sabiduría. Y nos inspiro para el proyecto que ahora os compartimos... Sed bienvenidos.

—
Mara D’Aurora
Custodia de las Formas Veladas · Especialista en Arquitectura Mágica y Geometría Sagrada
«No toda estructura se alza sobre cimientos. Algunas respiran en el alma y se revelan solo cuando la mirada es lo bastante fina para percibir el vértice entre mundos.»