🜃 “LA MIEL QUE PICA: qué es la miel de avispa, sus usos y simbolismo ritual”


Frasco de miel iluminado con abejas y chispas doradas mágicas en marco Art Nouveau.
 

"Toda miel es fruto del orden; toda miel salvaje, de la frontera. Y no hay frontera sin precio."
— Fragmento atribuido a un códice anónimo de recolectores mayas, siglo XVII

 

Hay mieles que no se recogen sin herida. Algunas, como la de avispa, muerden antes de entregarse. Producida por especies como Brachygastra mellifica y B. lecheguana, no se encuentra en colmenas domesticadas ni en frascos industriales. Estas avispas sociales, propias del Neotrópico, almacenan un líquido azucarado —fermentado y más ácido que el de las abejas— en los panales abiertos de sus nidos de papel. Para recolectarla, hay que adentrarse en el territorio de lo que pica. Y eso convierte el acto en algo más que un simple trabajo: es un gesto iniciático, un pacto con el riesgo.


¿Qué es la miel de avispa?

En comunidades de México y Brasil, esta miel se conoce desde hace generaciones. Diversas etnografías han registrado su consumo como alimento y remedio: en México se le llama panal miniagua y se recolecta junto con larvas, constituyendo una fuente ocasional de alimento; en el noreste de Brasil, la miel y las larvas se han empleado para aliviar afecciones respiratorias como tos y asma.

Composición química y toxicidad potencial

Estudios de cromatografía líquida revelan que esta miel comparte seis de siete picos coincidentes con la miel de abeja, pero contiene mayores proporciones de melibiosa y ciertos ácidos orgánicos que le dan un perfil más ácido y fermentado. Es un producto inestable: su composición varía según las plantas visitadas y puede ser potencialmente tóxica si las avispas recolectaron néctar de especies como Datura. Esta naturaleza imprevisible contribuye a su valor simbólico: no es una miel para el consumo cotidiano, sino una sustancia liminal.


Usos tradicionales en México y Brasil

La recolección no es azarosa: emplea técnicas precisas, como el uso de humo para aturdir a las avispas y facilitar el acceso al panal, evitando ataques y preservando la estructura del nidoreflejando una relación de respeto hacia la colonia, cercana a las prácticas ritualizadas de caza de miel que encontramos en otras culturas.


El simbolismo cultural de las avispas

En el imaginario simbólico, las abejas pertenecen al orden solar, la colmena, la jerarquía.

Avispas como guardianas del margen

Las avispas, en cambio, habitan el margen: defienden con agresividad, avisan poco y atacan rápido. Estudios de etnoentomología en África subsahariana registran que sus nidos son empleados como remedios contra inflamaciones y como amuletos protectores, atribuyéndoles propiedades liminales: defensa, castigo, transformación. Esta dualidad —defensa y alimento, dulzura y veneno— ha hecho de las avispas un símbolo poderoso: guardianas de límites, representantes de lo indómito y lo imprevisible.


Por qué es una sustancia liminal

En los pueblos que aún recolectan miel de avispa, el uso del humo se transforma en acto ritual: no solo calma a los insectos, sino que marca el reconocimiento del panal como entidad viva, peligrosa y sagrada.

La miel de avispa no es un producto para la mesa cotidiana: es sustancia de frontera. Quien la busca se expone al aguijón y asume que lo dulce puede volverse amargo. Tal vez por eso, en algunas culturas, no se ofrece como limosna: se comparte como pacto. Hoy, conseguirla implica cruzar no solo fronteras geográficas, sino también simbólicas. La miel de avispa nos recuerda que no todo néctar es inocente: algunos guardan, en su fermentación y su acidez, el eco de un panal que nunca se dejó domesticar.

Si accedes a ella —y sabes que es segura—, no la uses como alimento común. Una gota puede bastar para trazar un sello de protección sobre un altar o para acompañar un trabajo simbólico de defensa y firmeza. Como el panal que la guarda, esta miel pertenece al umbral: al espacio donde lo dulce y lo peligroso coexisten. Y en ese límite, donde el aguijón y el néctar se tocan, es donde verdaderamente comienza el rito. Su miel es el conocimiento peligroso que no cualquiera puede saborear. Su nido, el espacio frágil que, sin embargo es inviolable. Y su aguijón, la advertencia de que lo sagrado se defiende.

Integrar la avispa en trabajos mágicos —ya sea mediante nidos secos, iconografía o incluso su miel— implica asumir su mensaje: el poder que se reclama tiene un precio, y la protección siempre lleva un aguijón oculto.

 Helena V. De Lorme

“Exploro los pliegues donde lo sagrado y lo prohibido se encuentran, porque allí respira la memoria más antigua de los pueblos.”

 Historiadora de religiones. Especialista en Cultos Mistéricos y espiritualidades femeninas.
Miembro fundador de Arcane Domus 



Bibliografía

  • BugEric Blog. Wasp Wednesday: Brachygastra mellifica.

  • Chauke, P., & Mashela, P. Cultural aspects of ants, bees and wasps and their products in Sub-Saharan Africa.

  • Costa-Neto, E. M. Insectos medicinales de Brasil: primeros resultados.

  • Hernández, F. Historia natural de la Nueva España (siglo XVII).

  • Martínez, R. Productos entomológicos en comunidades rurales de México.

  • Silva, A. C., et al. Composición química de la miel producida por Brachygastra mellifica. Journal of Apicultural Research.

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